RUTAS EN BICI
Cicloturismo por Fuerteventura, la isla de las playas paradisiacas
Agua cristalina, playas paradisiacas, desiertos… ¿Te apetece? Te cuento mi ruta de cicloturismo por Fuerteventura.
El viaje por las islas Canarias comenzaba en Lanzarote. De ahí, en un barquito pequeño, pasé a La Graciosa, la isla más pequeña del archipiélago Canario. Ahora es el turno de hacer cicloturismo por Fuerteventura que, ya os adelanto, destaca por las playas paradisíacas que fácilmente podrían estar en el mismísimo caribe, por los primeros desniveles importantes a los que nos tuvimos que enfrentar y por mil y una aventuras.
En Fuerteventura seguía pedaleando con mi amiga Isa, esta sería su última isla sobre una bicicleta.
Fechas:
Marzo 2021
Etapas:
Etapa 1: Corralejo – Tindaya. 53 kilómetros.
Etapa 2: Tindaya – Betancuria. 42 kilómetros.
Etapa 3: Betancuria – Pájara. 24 kilómetros.
Etapa 4: Jandía – Morro Jable.19 kilómetros.
Recorrido de la ruta
Etapa 1: Corralejo – Tindaya (53 kilómetros)
Corralejo una ciudad súper turística, aunque cuando yo la visité estaba bastante apagada y, aun así, consiguió atraparnos unos cuantos días.
Disfrutamos de sus dunas, de sus bares, de la gente… Y cuando decidimos que era el momento de volver a nuestras bicicletas, la dejábamos atrás con algo de tristeza, pensando en lo bien que nos lo habíamos pasado.
El camino que cogimos para salir de Corralejo era precioso. Y, aunque era fin de semana y estaba algo más concurrido, es muy tranquilo y perfecto para hacerlo con la bici. Va todo el rato, hasta llegar a Cotillo, al lado de la costa. Te permite descubrir calas preciosas y tranquilas, aunque algunas de ellas bastantes concurridas por surfistas.
Una vez en Cotillo, cambia el rumbo de la ruta. Nos dirigimos hacia el interior de la isla a través de un carril bici de bastantes kilómetros. Y aunque cogemos también un tramo de carretera, pronto volvemos a los caminos.
Os comparto el sitio donde dormimos en TIndaya porque, a pesar de no ser lujoso en absoluto, era un hostel en mitad de la nada, un lugar perfecto para estar en calma y descansar del pedaleo, se llama Magica Tindaya.
Etapa 2: Tindaya – Betancuria (42 kilómetros)
Después de haber pasado una noche en ese hostel que, como bien dice su nombre, es mágico, volvimos a montarnos en las bicicletas. Al principio, todo son caminos con cultivos a ambos lados, pronto llegamos al mar.
De nuevo, calas espectaculares se presentan ante nuestros ojos. En más de una ocasión nos bajamos de la bici para pasear por ellas, queremos acercarnos a ese mar transparente y de un color azul brillante.
Hay un momento en el que creemos que nos hemos quedado sin salida, que vamos a tener que dar la vuelta, porque el puente que hay para pasar al otro lado está completamente derruido (hay un barranco que separa las dos montañas).
Sin embargo, confiamos y seguimos un poquito más hacia delante hasta llegar a una cuesta súper empinada que, de hecho, bajamos a pie. Lo que no nos podemos creer es lo que encontramos abajo. Un enclave espectacular. Un pueblo diminuto de pescadores, Los Molinos de Fuerteventura, donde nos vemos obligadas a tomar una cerveza en el único bar que hay y en el que por cierto, no se puede pagar con tarjeta (ni por bizum, porque esa zona no tiene cobertura).
Cuando, después de varias horas, conseguimos salir de ese pueblo y comenzamos a subir la cuesta, de nuevo Fuerteventura vuelve a sorprendernos. El paisaje cambia drásticamente y es que, aunque Fuerteventura en general es una isla muy árida, nos vamos a topar de frente con un desierto. Miremos donde miremos no vemos el fin, solo arena y más arena, y es precioso.
Una ve dejamos atrás el desierto, nos vamos acercando a la zona más verde de la isla. Y toca subir el primer puerto de montaña al que nos enfrentábamos en este viaje.
Aunque fueron algo más de 700 metros de desnivel positivo, nos costó. Pero qué miradores había por el camino, ¡vaya vistas! Y cómo se notaba el fresquito conforme nos íbamos acercando a la cima.

Tocaba buscar una zona en la que acampar y lo hicimos muy cerquita de Betancuria.
Etapa 3: Betancuria – Pájara (24 kilómetros)
Este fue el día que más problemas tuvimos de todo el viaje. De hecho, no fuimos capaces de terminar la ruta en bicicleta, nos vimos obligadas a meter las bicis en un coche e ir a una tienda de reparación. Pero no me adelanto, empezamos el día.
Después de Betancuria, nos tocaba un llaneo cortito para volver a subir. Cuando ya veíamos el final de la subida, apenas quedaba un kilómetro… ¡zas!, se me partió la cadena. Estuve más de dos horas intentando arreglarla porque no encajaba bien, pedimos ayuda y nadie era capaz de colocarla (no teníamos eslabón rápido, fallo gordo). Pero después de dos eternas horas paradas en mitad de la carretera arreglado la cadena, lo conseguimos. Pudimos seguir con la bici.
Ya no confiaba en que fuese a durar mucho, así que decidí subir lo que quedaba de puerto empujando la bici, ya me montaría de nuevo en la bajada.

Eterna bajada. Bonitos paisajes. Y vuelta a subir. Parecía que el día ya estaba de nuestro lado, nos habíamos confiado. Cuando nos desvianos a una carretera más secundaria que la anterior, con menos tráfico aún… ¡se volvió a partir la cadena y se torció el desviador!
Estábamos a 30 kilómetros de un pueblo con tienda de bicicletas, a bastantes kilómetros también de civilización, sin cobertura… Bueno, pues nos las arreglamos para llegar hasta Jandía donde, en una tienda de alquiler de bicicletas, (que estaba cerrada por el covid) conseguimos que uno de los trabajadores nos mirase la bici. Y sí, me cambiaron la cadena. Y pudimos acampar en las lagunas de Jandía, otro sitio mágico.
Etapa 4: Jandía – Morro Jable (19 kilómetros)
Era la última etapa, la aventura cicloturista por Fuerteventura (nunca mejor dicho) es estaba acabando. Nos quedaba un día corto, de mucho sube y baja, y aunque estábamos cansadas del día anterior (no tanto de los kilómetros pedaleamos, que al final habían sido pocos, si no de la situación vivida), se nos pasaron volando.

¿La recompensa? Pedalear por una playa larguísima. Bueno, y al final empujar un poco la bici.
También nos dimos un buen baño en Morro Jable antes de coger el ferry. Aunque parezca mentira, desde que habíamos llegado el tiempo no nos había acompañado del todo y no nos habíamos bañado en la playa. ¡Por fin estábamos sintiendo el agua canaria!
Track
Seguimos la ruta del Gran Guanche para Gravel.
No te pierdas todos los artículos sobre mi viaje por las Islas Canarias:
- Cicloturismo por Lanzarote
- Mi experiencia por Lanzarote
- Cicloturismo por La Graciosa
- Cicloturismo por Fuerteventura
- Cicloturismo por Gran Canaria (parte 1)
- Cicloturismo por Gran Canaria (parte 2)
- Cicloturismo por Gran Canaria (parte 3)
- Cicloturismo por Tenerife
- Mi experiencia en Tenerife
Continuará…
Quién soy

Hola, soy Laura, periodista, economista y aventurera. Desde hace algún tiempo viajo en bicicleta y comparto consejos. Todo eso que me hubiese gustado saber antes de viajar.
Seguro de viaje
Consigue un 7% de descuento en cualquier seguro de Viaje de la compañía Chapka con el Código: 2RUEDAS2
Recibe la newsletter
Hola! gracias por compartir tu experiencia. Desde que vi tu blog, tengo en la cabeza ir a Fuerteventura. Una pregunta ¿Cómo enviaste las bicicletas? ¿Y cual fue su coste, aprox.? Gracias.
¡Hola, Javier! Yo viajé a Lanzarote porque quise empezar desde ahí mi aventura por las Islas Canarias. Pero estoy segura que para Fuerteventura el procedimiento es exactamente igual. Lo que hice fue facturar la bicicleta con la compañía aérea con la que volaba, en mi caso Ryanair. Ya lo había… Read more »