Viajando por Lanzarote en bicicleta, el primer día de un viaje inolvidable (parte 1)

Viajando en bicicleta por Lanzarote, el primer día de un viaje en bicicleta (parte 1)

Viajar en bicicleta por Lanzarote es, bajo mi punto de vista, la mejor forma de empezar a conocer las Islas Canarias. Es la isla más llana y una de las más bonitas. Bueno, esto último no sé si es del todo cierto, no sabría ni por dónde empezar para situar a las islas en un ranking. Cada una de ellas es especial. 

Llegué a Lanzarote un 4 de marzo con mi amiga Isa. Una amistad fuerte, de esas que empiezan en la universidad, se cometen muchas locuras juntas, muchas noches de fiesta, muchas confidencias… Nos conocemos desde hace más de ocho años y, en este viaje, íbamos a ponernos a prueba. Siempre digo lo mismo, elegir a tu compañera de viaje ideal es muy importante y no cualquier persona podría serlo. Mira que Isa ha viajado, pero nunca había hecho nada parecido: nunca había viajado en bicicleta, nunca había hecho acampada libre y podemos decir que bueno… no usaba la bicicleta desde hace muchos, muchos años.

Alquiler de bicicleta en Lanzarote.
Alquiler de bicicleta en Lanzarote.

Dónde alquilar una bicicleta en Lanzarote

Isa tomó la decisión de alquilar una bicicleta en Lanzarote y yo preferí empaquetar una bici que me habían prestado para este viaje y meterla en el avión. 

Encontrar una bicicleta de alquiler no fue tarea fácil. En todas las tiendas nos decían que podíamos alquilarla para usarla en Lanzarote pero que no podíamos transportarla a otra isla y, claro, eso a nosotras no nos servía. No sabemos muy bien cómo (nuestro esfuerzo nos costó) encontramos Renner Bikes, una tienda regentada por un alemán que habla un español perfecto, con un corazón muy grande y más majo que las pesetas. Todo fueron facilidades, alquilamos allí la bici, no recomendó cómo salir de la ciudad, qué visitar y me ayudó a colocar los pedales de mi bici que no es tarea fácil.

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3, 2, 1: la aventura 

Empezamos a pedalear en Puerto del Carmen, muy cerca del aeropuerto, donde habíamos aterrizado el día anterior. Estábamos ilusionadas, íbamos al mismo ritmo, con una sonrisa de oreja a oreja y disfrutando del mar, el buen tiempo y toda la adrenalina que teníamos acumulada. Apenas diez kilómetros más tarde me di cuenta que algo iba mal. Isa iba muy despacio y, aunque yo estaba totalmente dispuesta a adaptarme a su ritmo, me parecía muy raro que incluso cuesta abajo iba pasándolo mal. 

Hubo un momento en el que paró y me dijo “Laura, no puedo más”. Estaba agobiada, ella misma se estaba autoejerciendo una presión que nadie le había impuesto. Sentía que iba despacio y que yo tenía que esperar pero, realmente, yo estaba tan feliz de tener compañía que me daba exactamente igual el ritmo o la velocidad. Estábamos viajando sin prisa, nadie nos esperaba en el destino, ni siquiera teníamos un destino predefinido. Para mí era un auténtico logro que una amiga mía se hubiese lanzado a probar los viajes en bicicleta, a que una mujer más estuviese probando el cicloturismo.

El primer contratiempo del viaje en bicicleta

Seguimos pedaleando un poco más y pronto me di cuenta de que algo iba mal. Le cambié la bici y, efectivamente, algo no estaba funcionando. El portaequipajes estaba rozando la rueda y era muy complicado avanzar. 

¿Qué podíamos hacer? ¿Dábamos marcha atrás al punto de inicio? No queríamos deshacer el camino. En Renner Bikes nos habían dicho que si teníamos algún problema no dudásemos en llamar y así lo hicicmos. Peter nos atendió super amable y nos dijo que en media hora vendría con un portaequipajes nuevo, tenía otro que posiblemente iba a ajustarse mejor a lo que necesitábamos. Y así fue, con ese portabultos Isa hizo todo el viaje y esta vez sin ningún otro contratiempo.

Acampada libre en Lanzarote.
Acampada libre en Lanzarote.

Nuestra primera acampada libre

Íbamos rumbo al norte de la isla. Continuamos por el carril bici durante varios kilómetros para enfrentarnos por primera vez a los caminos. Recuerdo cómo alucinábamos con el paisaje, con el mar de un azul tan intenso, con los contrastes que nos íbamos encontrando. Tramos secos y amarillos, para más adelante cambiar a zonas con pequeños matorrales y, de repente, unas montañas con formas que nunca antes había visto. Claro, no eran unas montañas cualquiera, eran volcanes. Y eso que el viaje en bicicleta solo acababa de empezar.

Acampada libre en Lanzarote.
Acampada libre en Lanzarote.

Esa primera noche dormimos en una playa. Acampamos en una zona donde no estábamos solas, había más caravanas por lo que fue una buena opción para Isa y he de reconocer que para mí también, después de tanto tiempo sin acampar necesitaba adaptarme poco a poco. Es gracioso como el hecho de estar rodeadas de más gente nos hace sentir más seguras, es nuestro subconsciente y todas esas películas de terror que hemos visto tantas veces en televisión. Sola en mitad de la naturaleza es asesinato seguro y la rubia es la primera en morir (Isa lo siento, tú serías la primera). En fin.

A la mañana siguiente íbamos a coger un Ferry para pasar un par de días en La Graciosa, pero eso ya lo dejo para el próximo artículo.

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Continuará…

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Quién soy

Laura en Tailandia

Hola, soy Laura, periodista, economista y aventurera. Desde hace algún tiempo viajo en bicicleta y comparto consejos. Todo eso que me hubiese gustado saber antes de viajar.

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