Viajar en bicicleta por Gran Canaria (parte 3): de La Aldea de San Nicolás a Agaete
Pedalear por Gran Canaria llega a su fin. En este artículo os cuento la paz que encontré al llegar a la Aldea de San Nicolás y todo lo que este pueblo, en un enclave inigualable, tiene que ofrecer. También cómo fue el final de la ruta hasta Agaete, donde cogí el Ferry para llegar a la próxima isla, Tenerife.
Llevaba un par de días en el interior de la isla y echaba de menos el mar, una pronto se acostumbra a lo bueno y, en Gran Canaria, es complicado no tener el mar cerca en todo momento. Por eso, llegar a La Aldea de San Nicolás fue muy especial para mí. De lejos iba viendo el mar, y ese pueblo situado en medio de barrancos y montañas.
Esta disposición tan excepcional, hace que la actividad económica del pueblo haya girado a lo largo de la historia en torno al tomate. Antiguamente, según vecinos de la localidad, había numerosas fábricas que se dedicaban a la comercialización del tomate, hoy en día solo queda la Sociedad Cooperativa Agrícola de San Nicolás. Eso sí, los invernaderos abundan pases por donde pases.

Qué ver en la Aldea de San Nicolás
La Aldea de San Nicolás tiene varios atractivos que no te puedes perder. Uno de ellos son sus miradores astronómicos, recién reformados te permiten tener una vista panorámica del pueblo. Además, es uno de los mejores sitios para disfrutar de las estrellas en Gran Canaria, los miradores cuentan con carteles informativos para que sepas a qué estrellas estás mirando. Yo subí al mirador de la Cruz y al mirador del Canal, ambos merecen la pena y se puede acceder a ellos desde el pueblo a pie (no recomiendo subir en bicicleta).

El casco histórico de La Aldea de San Nicolás es otro de los atractivos que encontrarás. Pasea por la calle General Franco hasta llegar al Monasterio de la Aldea, un monumento emblemático. Disfruta de las casas de piedra hoy en día conservadas, de los carteles que sigue habiendo en la mayoría de los comercios de madera…
Cuando termines de ver el casco histórico, puedes acercarte a la playa a dar un paseo y, si hace bueno, podrás darte un chapuzón en el charco de La Aldea.
En un día podrás, sin duda, respirar la paz que este pueblo transmite.

La última etapa
Este día recuerdo que empecé la etapa algo triste, sabía que iba a ser mi último día pedaleando por Gran Canaria y me daba pena, había disfrutado tanto en la isla que no quería dejarla.
Salir de La Aldea de San Nicolás fue muy sencillo, tuve que coger la misma carretera secundaria por la que había ido el día anterior a la playa, la GC-200, hasta llegar a una glorieta muy grande donde me desviaría a la GC-2.

Recuerdo que iba un poco preocupada, me había informado y la GC-200 estaba cortada desde la playa de San Nicolás, por lo que no había más remedio que coger la autovía principal (en estos momentos está permitido) pero, no quita para que fuese con un poco de respeto.
Pedaleando por la autovía
La experiencia he de decir que fue muy buena. Apenas pasaron coches en todo el trayecto, nada más cogerla hay unos 6,5 kilómetros de subida que, poco a poco, se van haciendo. No son complicados.
Aproximadamente en el kilómetro 10 hay un túnel bastante largo por el que, de nuevo, está permitido que circulen las bicicletas. Es importante, por supuesto, llevar las luces preparadas y, si tienes un chaleco reflectante, mucho mejor que te lo pongas.
Ahora van las buenas noticias, para los que os gusten los túneles compartidos con coches tan poco como a mí, justo a la entrada hay gente de conservación de carreteras que te cierran el carril de la derecha para que solo las bicicletas puedan circular, ¿es o no es una pasada? Yo es la primera vez que veía algo así y, sin duda, te hace sentirte mucho más cómoda.

Vuelta a la carretera secundaria
Después de ese túnel, encontrarás uno muchísimo más corto que te llevará, de nuevo, a la GC-200.
Pedalearás por una carretera de sube y baja (en total se acumulan más de 1000 metros de desnivel positivo en esta etapa) a lo largo de la costa con unas vistas de una belleza inigualable.
Disfrutarás de riscos no recomendados para personas con vértigo, de las montañas y del mar al mismo tiempo. Es, sin lugar a dudas, una de las carreteras más bonitas que he recorrido en este viaje en bicicleta por Gran Canaria.

Agaete y sus piscinas naturales
La ruta no tiene pérdida, todo el rato por la misma carretera y disfrutando de las vistas. Una vez que te acercas a Agaete, verás el puerto a lo lejos. Es, sin duda, lo que más llama la atención cuando llegas. Te recomiendo que te acerques a las piscinas naturales, son un enclave excepcional y, cuando el mar no está muy revuelto, un sitio ideal para bañarte y refrescarte.
Track de la ruta: La aldea de San Nicolás – Agaete
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Continuará…
Quién soy

Hola, soy Laura, periodista, economista y aventurera. Desde hace algún tiempo viajo en bicicleta y comparto consejos. Todo eso que me hubiese gustado saber antes de viajar.
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