Viajo sola en bicicleta

Todas aquellas cosas que has pensado, te han dicho o has sentido cuando has viajado sola en bicicleta

Viajo sola en bicicleta

Cuando viajo sola en bicicleta hay unas preguntas a las que siempre me tengo que enfrentar: ¿vas sola?, ¿no es peligroso?, ¿no te aburres?, ¿en bici? La gente tiene interiorizado que eres un bicho raro por hacer lo que haces y no pueden contener las ganas de expresar lo que piensan. Sin embargo, yo creo que somos personas normales, como todos los demás, y hay que intentar normalizar la situación.

Ayer, Juana y yo dimos una charla sobre viajar sola en el Festival de Cicloturismo en Casa. Hoy, quiero profundizar un poco más porque creo que es un tema importante, viajar sola en bicicleta está bien y no hay que tenerle miedo.

¿Vas sola?

 Si, voy sola.  Además soy yo la que elige viajar sola. Viajar sola me permite conocerme a mí misma, disfrutar de mí, elegir en cada momento qué ruta quiero elegir, cuándo quiero parar, qué quiero comer y dónde voy a dormir… y podría seguir enumerando una infinidad de ventajas pero creo que lo habéis entendido. 

Además, viajar sola no significa sentirte sola. Tenemos un inmenso miedo a la soledad, un sentimiento que nunca he experimentado durante un viaje y, sin embargo, si lo he percibido andando sola por las inmensas calles de Madrid. Elegir este tipo de viaje, en el que la principal compañía eres tú, te da la oportunidad de conectar con otras culturas, de conocer a muchísima gente por el camino e interactuar con las personas de una forma mucho más estrecha.

Durante el viaje conocerás a muchísima gente, seguramente compartirás ruta con muchas personas, muhcas más de las que te hubieses imaginado desde el sofá de tu casa. De verdad, tanto a Juana y a mí nos ha pasado. Juana viajó un total de 2 años sola, o al menos esa era su intención porque acabó compartiendo más de la mitad del viaje con personas que se encontraba por el camino. Yo compartí un tercio de mi viaje, ¿no es eso precioso?

¿No es peligroso?  

Peligroso no creo que sea la palabra adecuada, simplemente hay que tener sentido común, aunque siempre ligado a la precaución.  Si un sitio no te da buena espina vete y, si alguien no te da buena espina, no hables con esa persona. Soy de esas que piensa que te puede pasar algo peor en el centro de una ciudad que en mitad del campo, aunque, como en cualquier momento de tu vida, tienes que andar con cuidado. Alguna experiencia que calificaría de regular, ni siquiera de mala, he tenido, pero las buenas superan con creces las malas. Y siempre que he necesitado ayuda me la han brindado. Repito, siempre.

¿No te aburres? 

La verdad es que no tengo tiempo para aburrirme.  Aunque parezca que los días son muy largos, siempre me faltan horas del día para hacer más tareas.  Mi rutina es bastante sencilla, normalmente antes de irme a dormir repaso la ruta del día siguiente.  Examino por qué pueblos paso, si alguno tiene algo bonito que visitar, si estaré en algún pueblo a la hora de tomar el café y qué opciones tengo para dormir la noche siguiente.

En mis viajes en bicicleta he vuelto a retomar la lectura. De niña era lo que más me gustaba pero en los últimos años, por falta de tiempo o por priorizar otro tipo de cosas, no leía prácticamente nada. Además no necesitas llevar mucho peso, un libro es suficiente, seguro que por el camino encuentras a cualquier viajero con el que intercambiar tu querido libro una vez que lo hayas terminado.

También disfruto mucho haciendo cosas que siempre quiero hacer pero que en mi vida rutinaria no encuentro el momento para ello. Por ejemplo, en el sudeste asiático me compré una aguja e hilo e intenté aprender a coser. También hago sudokus, por eso de mantener agilidad mental o hago algún curso online, en Internet hay millones de posibilidades.

¿En bici? 

Si, voy en bici y nunca cambiaría por nada esta forma de viajar. Hasta que no realicé mi primer viaje en bici no sentí la libertad que te aporta este medio de transporte, moverte con el esfuerzo de tu propio cuerpo, parar dónde quieras, visitar exactamente lo que te apetece. Y, sobre todo, ir a un ritmo que te permite observar todo lo que está a tu alrededor. Ahora que lo he descubierto no creo que cambie nunca mi forma de viajar.

¿Qué haces cuando vas en bici? 

Normalmente no necesito hacer nada cuando voy en bicicleta. Me gusta disfrutar de lo que veo alrededor, de los sonidos que te ofrece la naturaleza… No soy de las personas que les guste ir en bicicleta escuchando música. Eso sí, normalmente me obligo a escuchar una hora diaria de clases de inglés y hago ejercicios orales. Así, mientras voy en bici aprovecho el tiempo.

Ahora que ya sabes lo que es viajar sola, puede que te interese saber qué llevar en un viaje en bicicleta o cómo organizarlo. Estás un poquito más cerca de empezar esa aventura en la que llevas tanto tiempo pensando.

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